sábado, 10 de enero de 2015

Mario, el buen ladrón...

Javier Montes Camarena
Mario el buen ladrón..
La luz de la vela tiembla, la oscuridad se reúne y los demonios empiezan a agitarse
Earl Sagan.
Manzanillo, Col. 06 de Enero 2015.- Déjenme decirles que el Obispo de la Diócesis de Colima, Marcelino Hernández Rodríguez como abogado del diablo ha resultado todo un fracaso, un verdadero farolero, manipulador y mentiroso. El representante del Papa Francisco por estos lares se pasó de rosca al hacer un balance poco serio de los cinco años del mal gobierno de <Mario el buen ladrón>.
Así como Jesús, Nuestro Señor, nombró a Judas Iscariote “El buen ladrón”, aquí, en un santiamén el prelado Marcelino, sin constarle ni haber padecido las impertinencias y las corrupciones del Gobernado Mario Anguiano Moreno, se aventó la puntada de calificar a su administración como “Un apostolado bonito”. Me preguntó: ¿don Marcelino Hernández andaría en sus cabales cuando metió la pata con esa declaración?
Bastó una opípara comida en Casa de Gobierno rociada de caros vinos franceses, españoles y chilenos para que el instrumento de Dios en la tierra hiciera un balance a priori de un pecador innato para redimir sus pecados, sus excesos, trapacerías y complicidades con el crimen organizado y otras cositas.
Los pecados del jefe del Ejecutivo estatal tuvieron por arte de magia el perdón divino, la absolución fue total y ni siquiera Don Mario Anguiano se arrepintió de su pésima conducción gubernamental.
No sé si el mandatario colimense se vaya a ir al infierno, suponiendo que exista. Claro, eso no lo puedo saber ni probar pero, si creo que su verdadero infierno empezó cuando ejecutaron a su “amigo” Silverio Cavazos Ceballos, asunto donde le haría bien una visita al confesionario con su cuate el Obispo Marcelino que ve en sus conveniencias pastorales “Un apostolado bonito” y del cual don Mario saldría sin ningún raspón previa limosna generosa a cuenta de los ciudadanos de Colima por el favor espiritual.
¿Acaso el Gobernador Anguiano Moreno cree que con lo dicho por su confesor de cabecera lo redime a sabiendas que muchos de sus actos son pecados mortales? No veo sinceramente en el apostolado bonito del que habla el representante del Vaticano en Colima como podría construirse un gobierno glorioso basado en el pecado original de la ratería, la sinvergüenzada, el abuso, la corrupción y el crimen. 
Qué pena que el Obispo de la Diócesis de nuestro estado escudándose en una supuesta complicidad con Dios nos quiera ver la cara a los colimenses cuando todos sabemos la clase de carbón (dije carbón no cabrón) que se quema en la vieja casona de la Calzada Galván.
El Obispo Marcelino Hernández debe entender que entre la fe y la política lo importante es no hacer política de la fe, ni fe de la política, sobre todo, si se utiliza como bandera política y arma de popularidad para lavar culpas de políticos ladrones, mujeriegos, sinvergüenzas y cínicos como “Mario el buen ladrón”.
El clérigo debe estar consiente que quien con vocación al sacerdocio o la vida consagrada a Cristo abuse de su autoridad moral sobre el pueblo para navegar en mares políticos para torcer las leyes divinas, no merece estar en el pulpito. 
Si hay algo valioso en el ser humano es la fe, como para que el Obispo la manipule, la verdad, no se vale comerciar con la fe don Marcelino, no podemos circular debidamente en la democracia endiosando a políticos corruptos vanagloriándolos con “Apostolados bonitos”, eso, ni Juan Gabriel lo hubiera dicho.
Grandes servicios prestaría a la Iglesia romana don Marcelino Hernández Rodríguez, Obispo de la Diócesis de Colima, si de vez en cuando se encomendara a San Ramón, que dicen es patrono del silencio.
La última y nos vamos… Ya salió humo blanco en el PRI de Colima y dos humildes mujercitas serán candidatas a diputadas locales, la primera en el distrito Uno, la señora Hilda Ceballos de Moreno Peña, esposa del ex Gobernador Fernando Moreno Peña y, en el distrito Tres, la distinguida, honrada, inteligente, sufrida, aguantadora, engañada y caritativa esposa del actual Gobernador Mario Anguiano Moreno, Alma Delia Arreola de Anguiano.
Quien viera a Fernando y a Mario, el primero (Fernando) reconociendo y avalando la autoridad política al Gobernador Mario Anguiano y, el segundo (Mario) imponiendo a su señora esposa en una diputación local. Ah las conveniencias políticas de los priistas….y luego porque pierden.
Ahí se ven.

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